¿Qué son y qué efecto tienen en tu vida?
Las expectativas son lo que esperas de algo o de alguien, en base a suposiciones que haces por creencias que tienes.
Estas suposiciones te llevan a esperar ciertos resultados y, cuando no los obtienes, a menudo te produce malestar y sufrimiento.
Las creencias se generan de lo que vas aprendiendo, bien por experiencia propia o ajena. Por tanto, te hacen ver el mundo de una forma muy particular y también limitada. Si, por ejemplo, has vivido en un entorno con dificultades económicas, probablemente tendrás creencias distintas de alguien que haya crecido en un entorno de riqueza y posibilidades a su alcance.
Por su parte, las expectativas que vas creando en torno a esas creencias pueden cerrarte el campo de las opciones y oportunidades y desviar tu rumbo, al aferrarte la mayoría de las veces a ese “cómo” debería ser algo o alguien.
Cómo una de mis propias expectativas pudo desviar mi rumbo
Recuerdo una vez, cuando empezaba en mis primeros vuelos como TCP (Tripulante de Cabina de Pasajeros, coloquialmente más conocido como azafata de vuelo), tuve una muy mala experiencia con un pasajero en primera clase. En aquel vuelo yo no trabajaba en la sección “business”, aunque la sobrecargo, que sabía que aún no había tenido experiencia en esa parte del avión, me llamó para atender allí durante un rato y así irme familiarizando. La experiencia fue nefasta y aquello me condicionó posteriormente. Hasta tal punto, que mi primer vuelo donde fui seleccionada para acompañar al sobrecargo en clase preferente, no fui capaz de hacerlo y tuvieron que llevarme de vuelta a la base.
Aquella experiencia, para mí traumática, me llevó a creer que “yo no era capaz de gestionar ciertas situaciones con pasajeros de clase preferente”. Mi expectativa era “no tener que viajar en primera ni volver a encontrarme una situación similar”, lo que era poco realista.
Afortunadamente, este trauma sólo duró un corto período de tiempo, ya que, después lo superé y conseguí volar en preferente con éxito, e incluso recibiendo feedbacks de mis superiores tremendamente valiosos, donde hasta me proponían convertirme yo en sobrecargo. Haberme quedado estancada en aquella creencia y expectativa, seguramente me habría llevado por otros derroteros muy diferentes y yo misma me habría cerrado muchas puertas.
Las expectativas pueden desviar tu rumbo.
La vida es cambio y eres de diferentes maneras según distintos factores y circunstancias
Sentimos miedos, culpabilidad, al defraudar a los demás cuando nos salimos de lo que sus expectativas han establecido hacia nosotros.
Cuando te etiquetas bajo el “soy así” (responsable, tímida, impuntual, serio, divertida, incapaz …) te estás identificando con una mínima parte de ti, ante determinados momentos o situaciones y te autolimitas. Eres de diferentes maneras según distintos factores, circunstancias y contextos.
Además, vivimos en constante cambio y esto precisamente es lo que nos permite aprender y evolucionar. Ser consciente de ello y prestar atención a lo que experimentas y a las creencias que relacionas con esas experiencias, te permite liberarte de expectativas poco realistas.
Te dejo aquí un enlace de otro de los grandes del desarrollo personal, Borja Vilaseca. En este vídeo, Borja responde a la consulta de cómo liberarse de estas expectativas, donde el punto de partida es el autoconocimiento.
Cuando conoces este mecanismo y confrontas lo que vas experimentando, te vuelves más comprensivo/a, más flexible y aceptas mejor lo que sucede y te sucede.
¿Cómo vives y decides en tu vida? ¿Vives en función de lo que tú realmente quieres y haces por ti mismo/a, o conforme a las expectativas de otras personas?
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